La resaca común es el resultado de un proceso inflamatorio sistémico, acompañado de una deshidratación profunda causada por la inhibición de la hormona antidiurética. Además, tanto el alcohol como sus productos de metabolización actúan como potentes agentes oxidantes, lo que agrava el malestar general.
Para contrarrestar estos efectos:
✅ Se administran cofactores que apoyan el trabajo de enzimas hepáticas como la glutatión peroxidasa, facilitando la neutralización de compuestos oxidantes como el peróxido de hidrógeno y los lipoperóxidos.
✅ El complejo B, especialmente la tiamina, favorece el metabolismo de los cuerpos cetónicos generados por el alcohol, mediante enzimas como la piruvato deshidrogenasa y la α-cetoglutarato deshidrogenasa.
✅ La rehidratación intravenosa mejora síntomas como fatiga y debilidad generalizada, ya que el agua es fundamental para el funcionamiento celular adecuado.
✅ Los antieméticos y antivertiginosos ayudan a controlar náuseas y mareos.
✅ Los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) reducen síntomas como cefalea, fiebre y dolores musculares. Su aplicación intravenosa permite una acción rápida y efectiva, con mayor biodisponibilidad al evitar el efecto de primer paso hepático.
✅ Los antiácidos actúan de manera inmediata mediante neutralización directa del exceso de ácido gástrico.